Póngame un café y la revolución

Pasar olímpicamente: Manual de uso en la vida adulta

Hace unos días, en una conversación cualquiera, solté un “yo paso olímpicamente”. La otra persona me miró y preguntó: “¿Y de dónde vendrá esa expresión? Búscalo a ver”. Así que Googleamos.

La vida tiene un momento clave en el que descubres que no das para más. Que no puedes con todo. Y justo ahí aparece la técnica ancestral, heredada de los dioses griegos y perfeccionada por siglos de humanidad: pasar olímpicamente.

Resulta que la expresión viene de los atletas olímpicos, que competían con grandeza. Vamos, que iban de sobrados. Si algo no les importaba lo más mínimo, lo ignoraban sin esfuerzo. Y nosotros, pobres mortales, la adoptamos para sobrevivir.

El arte de pasar olímpicamente

No se trata de apatía, sino de higiene mental.

  • En el trabajo: Te han pedido un informe para ya. Le dedicas muchas horas para que luego tus compañeros lo lean en diagonal. Simplifica, hazlo fácil. No te tires horas desarrollando algo que se va a quedar en el correo de tus compañeros criando telas de araña. Cumple, pero tampoco te mates. O las reuniones de una hora que se podían haber solucionado perfectamente con un correo. No hace mucho nos presentamos cuatro compañeros a una reunión con cliente y nos encontramos que no se habían preparado absolutamente nada. Resultado, horas de trabajo tiradas a la basura. Nos preparamos con antelación todo para ir preparados a la batalla para nada. Y es que ser corporativo es lo más guay en tu empresa, pues que sepas que pasar olímpicamente es autocuidado corporativo.

  • En las amistades: Ese amigo que usa tu chat de Whatsapp para enviar reels y memes. Al principio era divertido, ahora tu conversación con esa persona se parece más a su carpeta de marcadores. Un poco más y cualquier día utiliza tu chat para guardar la lista de la compra. Y lo peor. Drama. Que si no respondes al instante con un "jaja, qué divertido" se ofende. Pasa olímpicamente.

  • En redes sociales: Con toda la indignación del mundo comentas ese tuit con el que no estás en absolutamente de acuerdo. En qué momento se te ocurrió. Todos los haters vienen a por ti y tu tuit empieza a dar vueltas por la fachosfera. El drama les va a durar menos que una story de Instagram, pero tu ansiedad no. Por tu salud mental: pasa olímpicamente y, si puedes, borra X. No merece la pena.

Manual práctico

  • Si no lo pagas tú, pasa.
  • Si no lo vas a recordar en cinco años, pasa.
  • Si es un grupo de Whatsapp con más de 80 mensajes sin leer, marca como leído y pasa.
  • Si requiere discutir más de 5 minutos en una red social, pasa.
  • Si tu gato no lo aprueba, pasa.

Conclusión

Pasar olímpicamente no es apatía, es un deporte mental de élite.
No te vuelve insensible, te vuelve más eficiente.

La vida adulta es, básicamente, un campeonato de supervivencia a base de filtrados.
Y quien aprende a pasar con elegancia suele llegar menos cansado a la meta.

Practícalo.
Tu paz mental, y probablemente tu túnel carpiano y tus tendones de la mano, te lo agradecerán.

Hagamos deporte olímpico que algo nos entre por un oído y nos salga por el otro.

Si ya levantamos la taza de café como si fuera una pesa olímpica cada mañana, pasemos olímpicamente para entrenar la paciencia.

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Comments
  1. uncafeylarevolucionAug 26, 2025:

    El rigor histórico del inicio de este post es inventiva propia. Aviso.

  2. Bettie — Aug 28, 2025:

    Lo de que la vida adulta es el arte de dominar el filtrado: pues mira, sí.